Wednesday, October 1, 2008

"No oyes ladrar los perros"

Aunque los picados de un hijo no siempre son causados por su padre, siempre hay la conexión de sangre entre las dos personas, y los elementos de culpa son presente. Esto es el caso en el cuento “No oyes ladrar los perros” por Juan Rulfo. Con esta idea de la culpa del padre, hay muchas conexiones religiosas en el cuento. La manera en que el padre lleva su hijo a una otra ciudad (donde el hijo se muere) es un transición entre la vida real y el mudo del los muertes. En este cuento el padre es como Dios pero en este caso, el padre no puede resucite su hijo. En su cuento, Rulfo usa muchas referencias sutiles para mostrar las conexiones entre este padre y su hijo y eventos religiosos en la Biblia. Rulfo usa las conexiones religiosos para mostrar la manera en que la sangre compartida entre un padre y su hijo complica la habilidad a perdonar pecados.

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